Comprar pasaje a Buenos Aires para ver recitales es parte de la rutina de los rosarinos que aman la música. Lamentablemente, son muchos los artistas que desembarcan solo en la capital del país o, a lo sumo, hacen escala en Córdoba. La ciudad de Rosario no figura en la agenda de los artistas. ¿El problema? Principalmente, la falta de un espacio que ofrezca la posibilidad de realizar presentaciones de calidad ante una importante cantidad de espectadores.
En Rosario, en la actualidad, hay tres salas que lideran el ámbito teatral y musical. El espacio más amplio es el Teatro Broadway con 1800 butacas, le sigue el centenario Teatro El Circulo con 1450 butacas y luego el auditorio Fundaciòn Hèctor I. Astengo que tiene 1100 localidades.
Existen otros espacios alternativos, pero con problemas de acustica y comodidad: son el estadio de Rosario Central (40 mil personas, pero al aire libre), el estadio cubierto de Newells Old Boys (4 mil) y el salón Metropolitano (hasta 8 mil personas, entre paradas y sentadas).
En Buenos Aires los espacios para shows internacionales sobran. Y hace casi una década Códoba inauguró un multiespacio que absorbe la mayoría de los shows que se realizan en esa capital provincial. Se trata del Orfeo Superdomo, espacio techado que tiene capacidad de hasta 10000 personas sentadas.
Allí se han realizado shows internacionales como Roxette, Alan Parsons, Jose Carreras, Alejandro Sans, Luis Miguel entre otros. Algunos de esos artistas no han pasado por Rosario, otros han tenido que hacer màs de una funciòn para equilibrar gastos y tambièn estàn los que eligieron espacios que no beneficiaron sus puestas y generaron quejas de los espectadores.
¿No hay, acaso, interès en que Rosario tenga una sala amplia y acondicionada para traer importantes shows? “No parece haberlo de parte de los privados”, señala el periodista de espectaculos Juan Junco, quien plantea que “en Buenos Aires està en Luna Park, que es privado, y en Còrdoba el Orfeo, que tambièn es privado”. En tanto que en la ciudad, “los productores especulan con Newells, pero no tiene acústica” y tambièn “con Metropolitano”, que no està pensado especialmente ni acondicionado para shows. “Lamentablemente se sigue sin pensar en el espectador”, concluye.
En la misma linea, opina Miguel Pasarrini, subjefe de la sección Espectáculos del diario El Ciudadano y creador del blog Puroteatro. “Muchos ámbitos que sí tienen las dimensiones necesarias, no tienen saneadas las necesidades técnicas porque no fueron pensados para recepcionar propuestas artísticas”, critica. Y confirma la triste realidad: “Muchas producciones importantes (en su gran mayoría, shows internacionales) crean un puente entre Córdoba y Buenos Aires dejando a Rosario debajo”.
Hubo algún intento que no prosperó. En 2007, la municipalidad de Rosario lanzó dos veces la licitación publica para convertir la vieja Rural de Rosario en el llamado “predio ferial Rosario”. Un ambicioso proyecto que contemplaba un multiespacio pero también cocheras, espacios comerciales y restaurantes en un lugar privilegiado de la ciudad. Se demandaba una inversión de entre 8 y 10 millones de dólares, con la posibilidad de explotarlo comercialmente por 15 años y 5 de prorroga. Hubo varios interesados como De Narvaez (quien explota la Rural de Buenos Aires y la rosarina MC Catering). Pero no hubo interesados.
En la actualidad hay otro proyecto en marcha, pero no desde lo privado. El impulso llega desde el ámbito estatal, pero tambièn hay trabas en el camino. El director provincial de producciones artísticas, Gerardo Agudo, destaca el interés de la provincia en edificar el mega proyecto del Puerto de la Música. Está contemplado edificar un auditorio para 2500 personas y también una explanada, al aire libre frente al rio para alojar 30.000 personas. Pero las obras se encuentran paralizadas debidos a conflictos entre municipio y Naciòn, también a una disputa laboral de los estibadores.
¿Hará la apertura del Puerto de la Música que los rosarinos dejen de sacar pasaje a Buenos Aires para ver shows? “Es bueno que haya más espacios, pero el problema de fondo no se resuelve, es una asignatura pendiente que el estado municipal o los empresarios del sector deberán solucionar a corto plazo.